Nuestra norma básica de comportamiento liberal gira siempre en torno a una palabra sagrada: El respeto. Las parejas se mueven de un lugar a otro en un ambiente liberal de discreción y amabilidad. No queremos gestos violentos ni actitud ofensiva alguna.

Es muy importante que todos mantengamos una actitud de respeto a los gustos, los deseos y las apetencias del resto de los asistentes, sin forzar nunca ninguna situación no deseada por ellos y sobre el principio  de la aceptación inmediata del rechazo. En base a una actitud de profundo respeto, cualquier nueva experiencia será siempre posible. Y aquí la higiene juega también un papel importante, como demostración de ese respeto de unos para otros.

Para ser swinger hay que ser agradable, hay que buscar el placer de los otros, sabiendo que la base de la seducción radica en la generación de deseo… y todo ello hace que nadie, ni las parejas liberales ni las no liberales, puedan sentirse incómodas… porque si hay respeto nadie puede mostar mal alguno.